Crónica de nuestro Retiro de Matrimonios



¡Dios es bueno! Qué tiempo tan magnífico pudimos tener el pasado 1 de mayo de 2018 en nuestro Retiro de Matrimonios. Ni la lluvia que amenazaba, ni los imprevistos de última hora pudieron evitar que disfrutáramos de un tiempo que no sólo nos edificó como familia, sino nos activó para ponernos manos a la obra y alcanzar lo que el Señor tiene para cada una de las familias, tanto de la iglesia como de Gandía y los alrededores.

A las nueve de la mañana comenzaban a llegar las primeras parejas a la preciosa Villa en Almoines, donde celebrábamos este evento, para encontrarse con un desayuno bien rico y esta preciosa decoración.




Después del desayuno, el salón ya estaba preparado y tras un tiempo de alabanza comenzamos con las plenarias impartidas por los Pastores Alberto y Alejandra Di Carlo. La primera sesión consistió en una dinámica de hombres y mujeres por separado, donde cada colectivo recibió palabra sobre su papel en el matrimonio y en la familia, desde una perspectiva Bíblica. 





Tuvimos un tiempo de descanso, donde pudimos charlar con los pastores y disfrutar del tiempo de comunión entre matrimonios, en el jardín de la villa, hasta que comenzó la segunda plenaria del día, que fue de gran impacto para todos. En ella se nos habló sobre la capacidad de producción que el Señor ha puesto en cada uno de nosotros y cómo podíamos sacar provecho de esa capacidad, no solamente para nosotros sino para nuestros hijos, nietos e incluso bisnietos. Fue una bendición romper las ligaduras de la escasez y poder proyectar un futuro mejor para nuestras familias, porque es lo que Dios quiere para nosotros.



Durante las plenarias, los niños que acompañaron a sus papás al Retiro, tuvieron su tiempo especial, con un montón de actividades: juegos al aire libre, manualidades, talleres de inglés, etc. El trabajo del equipo de niñez fue excepcional, haciendo del retiro un evento inolvidable de diversión para los más pequeños.




Después de las plenarias vino uno de los momentos más esperados por la mayoría: ¡la comida! Y es que tuvimos la oportunidad de comer unas paellas valencianas para chuparse los dedos. Sí, sí, paellas en plural, porque se hicieron nada más y nada menos que cinco paellas enormes para alimentar a los casi 150 asistentes al evento. Y si las paellas estaban buenas, mejor todavía fue el tiempo compartido a la mesa, al solecito de primavera.





Tras reposar un poco la comida, llegó el momento que quedó como favorito para todos los niños: ¡los juegos en familia! Fue un tiempo precioso en el que padres e hijos disfrutaron de juegos tan diversos como saltar a la comba, el juego de la carrera de globos, adivinanzas y diferentes actividades en grupo. Fue un tiempo que nos hizo recordar lo importante que es pasar tiempo de calidad con nuestros hijos, que merecen lo mejor de nosotros.


Y para recuperar las fuerzas tras los juegos, no podía faltar una buena merienda, con todo tipo de dulces. Tuvimos también un tiempo de testimonios donde pudimos ver el impacto que el evento ya estaba teniendo entre los que estábamos allí. Y así fue como también despedimos un evento que quedará en la memoria como el día en el que aprendimos que la escasez no es cosa de Dios, que Él nos creó para producir y vivir en abundancia y que las ideas que Él pone en nuestra mente y nuestro corazón nos llevarán a esa abundancia, si decidimos ponernos manos a la obra, empezando con un paso de fe.





Aquí dejamos algunas fotos más del evento, donde se refleja el precioso ambiente que pudimos vivir todos los que compartimos ese maravilloso día:











Damos gracias al Señor por hacer posible este evento y es nuestra oración que podamos seguir creciendo como familia y como iglesia, edificándonos unos a otros con la ayuda de Dios y dando testimonio sobre las maravillas que hace Él en nuestras vidas a partir de todo lo recibido en este tiempo.





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